La Biblia fue escrita en hebreo y griego, y en dichos
idiomas no existen símbolos númericos;
estos se indicaban mediante palabras, tales como uno, dos, tres, etc.
El alfabeto hebreo consta de
22 letras, cada una de las cuales sirven a su vez para indicar los números del
1 al 10, del 20 al 100, y del 200 al 400. Sumando el valor numérico de las
letras que conforman una determinada palabra se obtiene del valor numérico de
ésta. El alfabeto griego igualmente tiene 24 caractéres que también hacen las
veces de números. Por ejemplo, el valor numérico de la palabra griega amén está formado por los caracteres
alfa [1], my [40], eta [8] y ny [50], que suman en total 99. El nombre Iesous (Jesús) se escribe con iota [10],
eta [8], sigma [200], omicrón [70], ípsilon [400] y sigma [400], las cuales en
conjunto suman 888.
ALFABETO HEBREO:
Así, el valor numérico de una
palabra, es decir, su gematría, se
hallará sumando el valor numérico de cada una de las letras que la conforman.
La gematría bíblica arroja resultados sorprendentes. En los números bajo la
superficie de las Sagradas Escrituras se dan unas constantes que ponen de
manifiesto su inspiración divina.
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