Juntamente con otras características, esta
compleja estructura numérica que subyace en el Texto Sagrado, muestra la firma
indeleble de Su Autor Exacto. Es Su modo de asegurarnos (sobre todo en estos
tiempos tan particulares), cuando todas las propuestas científicas y
materialistas parecen haber alcanzado su apoteosis, guiados, como hemos sido,
hasta el borde del más radical escepticismo, Él es precisamente quien dice ser,
en ese asombroso y precioso compendio que llamamos Biblia.
En estos
momentos, en que, por una parte nosotros somos confrontados, y por la
otra el mundo es arrastrado por el materialismo, por la incertidumbre del
relativismo o por las huecas filosofías del existencialismo ateo, es reconfortante
para el creyente saber que El ha dejado allí, para nosotros, Su rúbrica
invisible y perfecta, y para quien por medio de la Sangre Redentora se acerca
al conocimiento pleno, pueda saber a qué portentosa Deidad se está acercando… La comprensión diáfana de la función del
número en la Biblia, constituye un instrumento importante en la consolidación
de la fe, y esto a causa del impacto que produce el recrearse y regocijarse en
tan maravillosa filigrana.
No hay necesidad de multiplicar ejemplos. Estos pocos muestran claramente el designio sobrenatural del número,
tanto en las Obras como en la Palabra de Dios.
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